Atraídas por nuestro anuncio clasificado de modelos, recogidas de la calle o llamadas para un entrenamiento personal, estas hermosas chicas jóvenes nunca han conocido el dulce sabor del coño. Aunque al principio se muestran reacias y tímidas, nuestra sexy entrenadora les enseña a usar la boca, los dedos, los juguetes y los arneses en su primer sexo lésbico.
No teníamos ninguna piruleta por ahí, así que les dimos a Devin y Lisa lo siguiente mejor, un gran consolador de doble punta, para satisfacer su fijación oral. Pero eso no les bastó, y se metieron ese monstruoso juguete en el coño del otro, tratando de encontrar su punto G.
Faith Leon es un gran trago de agua y parece una supermodelo, y esta rubita pizpireta estaba un poco nerviosa por montárselo con ella. No hay mejor rompehielos que un vibrador, y la tensión pronto se disipó cuando Faith y su nueva novia se lo montaron por dentro.
A Alexia le apetecía tener una novia rubia, y hoy tuvo la suerte de encontrar a Lisa. Las dos congeniaron al instante, hundiendo un consolador de cristal en el apretado coño de la otra para que los jugos fluyeran. No se esforzaron porque ambas chicas tenían mucha experiencia en cunnilingus, y los orgasmos fluyeron bastante bien.
Las rubias y las morenas siempre crean un bonito contraste, así que emparejamos a Faith con la rubia Lisa. Las tetas de Lisa eran tan grandes que Faith no podía ni rodearlas con las manos. Después de comparar los conjuntos de lencería que habían comprado antes, se pusieron a hacerlo en el sofá con un gran consolador rosa.
Alexia estaba lista para meterse en el jacuzzi cuando Devin sugirió que en vez de eso hicieran un poco de amor lésbico. Las chicas tenían muy buen aspecto haciendo el amor al sol de la tarde, y no podían apartar la boca de la vagina de la otra. Tendremos que acordarnos de rodar más escenas al aire libre, porque la iluminación hace que la carne de las chicas parezca mucho más deliciosa.
Anna y Michealanne parecían un poco inseguras de sí mismas cuando empezaron a rodar las cámaras, pero en cuanto las sentamos una al lado de la otra, su timidez desapareció e hicieron lo que les salía de forma natural. Las cosas se calentaron de verdad cuando sacamos el arnés.