No hay escasez de chicas malas negras en este mundo y en la decimoctava entrega de esta serie puedes empezar a ver que, de hecho, la oferta puede ser ilimitada. ¡Este lote de putas negras es la mejor cosecha que hemos corrompido hasta ahora!
Ser una chica mala es sobre todo cuestión de actitud. Observa cómo se levanta esta zorra de piel color moca cuando su hombre empieza a tocarle el coño por detrás. No dobla demasiado las piernas ni las mantiene rectas. Las abrocha torpemente como un ciervo que aprende a andar por primera vez. Joder, ¡está buenísima!
Sabe que, cuando se ponga encima, necesitará algo más que los músculos de sus muslos para generar el tipo de elevación que exige su polla. Con las manos en las rodillas, hace de la penetración un ejercicio de cuerpo entero para sus cuatro miembros. Eso es lo que la hace merecedora de su enérgico enjuague bucal.
Tetas gigantes y un coño de tres anillos, esta zorra negra es un circo para que tu polla lo visite. Adelante, juega a ser el maestro de ceremonias con su entrepierna o baja un poco y fóllale cada centímetro de su ano, lo único que quiere es ganarse tu confianza lo suficiente como para que la vuelvas a invitar el próximo fin de semana.
Si invitas a un trío a un par de putas negras ten cuidado. Si las dejas solas en una habitación juntas, será mejor que puedas proporcionarles algunos cepillos de dientes. De lo contrario, tendrás que pasarte todo el tiempo que te las tires oliendo su combinación de aliento a culo y a coño.